La soberbia y la arrogancia fueron los motivos principales de la exclusión de Rutrh Díaz Gurria de la secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable (SEBIDES), del Gobierno de Sinaloa.
Sucedió como ocurre con aquellas personas que salen de su pueblo natal para ir a desarrollarse a las grandes urbes. Regresan para mirar por debajo de sus hombros a sus coterráneos. Se olvidan de la humildad y sencillez, características de la población campestre.
Valga la comparación con lo que sucede con esos futbolistas que juegan en Europa, que son llamados a la selección mexicana y regresan con ínfulas de superioridad y altivez.
Ruth Díaz Gurría nació en Guamúchil, un municipio pequeño de Sinaloa. Hija de una familia de clase media alta que le permitió viajar a la ciudad de México para estudiar y trabajar en los altos niveles de la Administración Pública Federal. Su tío, José Ángel Gurría Treviño, fue secretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda y Crédito Público, en el periodo presidencial de Ernesto Zedillo. Hasta el año pasado fue secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Díaz Gurría estudió arquitectura en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), hizo maestrías en la Universidad de Miami y de Hong Kong y en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Ingresó a la administración pública federal en la Secretaría de Desarrollo Territorial y urbano (SEDATU), hasta llegar a la secretaría técnica de la Presidencia de la República en el actual gobierno de López Obrador.
Rubén Rocha Moya siendo senador de la república conoció más a fondo a Ruth y la invitó a laborar en el gobierno de Sinaloa.
A los 32 años, la joven Ruth asumió la titularidad de la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable (SEBIDES), una súper dependencia con enorme presupuesto al fusionarse dos ex secretarías en una sola.
Allí iniciaron los conflictos con la graduada internacional.
Para empezar, no le permitieron los nombramientos de subsecretarios ni directores de área. El gobernador nombró a dos genuinas luchadoras sociales representantes de la Cuarta Transformación: María Inés Pérez Corral y Nicté Loi Ceceña Romero en las subsecretarías. Eso irritó a Ruth.
Después, siguieron otras iniquidades en la SEBIDES. Por ejemplo tardó casi tres meses para convocar a reuniones de consejo de organismos descentralizados de la secretaría para que los titulares pudieran ejercer el presupuesto. Díaz Gurría argumentaba que tenía otros asuntos prioritarios de la dependencia que debía atender. Eso ocasionó, incluso retraso en los pagos salariales de los empleados.
En la misma SEBIDES ocurrían otros atropellos contra el personal. Despidos injustificados, nombramientos insulsos, órdenes prepotentes de jefes afines a Díaz Gurria. El desbarajuste fue creciendo hasta que llegó aquél día en que se descubrió espionaje en la oficina de la titular.
¿Qué descubrió el gobernador Rocha? No sabemos, pero, allí inició el debacle de la egresada de las grandes universidades internacionales.
Rocha lo anticipó hace varias semanas, que algunos secretarios minimizaban a los sub alternos, principalmente a los que él extendió nombramientos. Era el caso de la SEBIDES.
Y el viernes fue el desenlace. María Inés Pérez Corral fue nombrada secretaria de Bienestar en sustitución de Ruth Díaz Gurría. En cuanto se conoció la noticia en las redes sociales, Pérez Corral recibió 281comentarios positivos y felicitaciones en su Facebook. Uno sólo negativo.
Y es que la ahora titular de SEBIDES es una genuina luchadora social, fundadora de Morena en Sinaloa fue candidata a diputada federal por el séptimo distrito electoral de Sinaloa y participó activamente en la campaña de Rocha Moya. Además fue la representante de Morena en el Instituto Nacional Electoral (INE).
En resumen, María Inés Pérez Corral llega a una secretaría respaldada por una trayectoria auténtica de lucha social con el proyecto en mano de la Cuarta Transformación. Mientras que Ruth regresa a su hábitat de las grandes urbes para seguir discriminando a la espontaneidad y franqueza de los sinaloenses