Lo que habia iniciado como una demanda de justicia por el asesinato de dos adolescentes en Culiacán, ha tomado tintes políticos desde el jueves 23 de enero de 2025, cuando manifestantes incrustados en una marcha pacífica irrumpieron en el palacio de gobierno en forma violenta para causar destrozos en oficinas gubernamentales.
Y este domingo 26 de enero, se notó en la marcha-manifestación las características de un partido político opositor que desde hace décadas refleja su conservadurismo a través de la religión y su simulado nacionalismo utilizando los templos católicos de la Lomita y la catedral así como la bandera nacional y el himno nacional en sus protestas.
En medio de una tragedia familiar – el asesinato colateral de Gael y Alexander de 12 y 9 años de edad, asi como su padre Antonio de Jesús – grupos agoreros del desastre, como los motejara el ex gobernador Alfonso Genaro Calderón Velarde, lucran con el dolor y sufrimiento de los inocentes que han sido víctimas de esa guerra que han desatado los grupos criminales que por décadas han actuado en Sinaloa.
Es importante que no se confunda la protesta justa y genuina de la comunidad de bien, por la inseguridad y la violencia, con los infaustos atrabiliarios que desean que todo recaiga en la responsabilidad de una sola persona.
Revisemos los primeros tres años de gobierno estatal actual: Han sido relevados tres secretarios de Seguridad Pública, dos generales en la Novena Zona Militar, dos almirantes en la Marina Armada, en Mazatlán y Topolobampo. Y, por si fuera poco, el gobierno de la república ha enviado a Sinaloa al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch para contrarrestar los actos violentos y resarcir la tranquilidad de los sinaloenses.
Ah, pero resulta que los agoreros del desastre, responsabilizan a una sola persona, tan sólo porque no pertenece a su ideología política.
Pero, observemos otros datos fríos:
En el gobierno de Jesús Aguilar Padilla, se registraron 6,626 homicidios, lo que da un promedio anual de 1,104 homicidios al año. (aclarando que en su último año ocurrieron 2,250 homicidios).
En el sexenio de Mario López Valdés se registraron 7,611 homicidios, lo que dio un promedio anual de 1,268 homicidios al año.
En los cinco años de gobierno de Quirino Ordaz Coppel, según cifras oficiales de la Fiscalía General del Estado y el Instituto Nacional de Ciencias Penales, ocurrieron 5.080 homicidios, para un promedio anual de 1,016 homicidios.
Y en los primeros tres meses de gobierno de Rubén Rocha Moya, se registraron 2,003 homicidios, lo que da un promedio de 667 homicidios anuales, cifra 50 por ciento menor que los tres gobiernos anteriores.
De enero a agosto del 2024, hubo 338 homicidios, lo que indica un promedio de 42 homicidios al mes. Es decir, el gobierno de Rubén Rocha Moya mantenía un bajo índice de criminalidad en Sinaloa. Todo se desbordó a partir de septiembre cuando se contabilizaron 142 homicidios.
En octubre y noviembre de 2024, las cifras aumentaron a 182 y 175 homicidios, respectivamente. Pero a partir de diciembre y enero de 2025, el índice ha ido disminuyendo.
Seamos, pues sensatos y razonables respecto a qué tantas responsabilidades tienen cada uno de los personajes de los tres niveles de gobierno. Y no señalar a uno sólo, por el hecho de no congeniar con su política social.
Y ya para concluir. En 1976 cuando mataron a Lamberto Quintero, que hasta corrido le compusieron y le hicieron una pelicula, la guerra entre las familias Caro. Lafarga y Otañez, duró casi un año, con balaceras y asesinatos en plena avenida Álvaro Obregon, en Boulevard Leyva Solano y hasta en el panteon municipal.
Y aguantaron candela los culichis. Y ahora hacen una tragedia por cinco meses, cuando hay resultados de decomisos, aprehensiones y aseguramiento de armas, carros blindados, artefactos explosivos y hasta drones.
Si serán….