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Por: Carlos Velázquez Martínez


CULIACÁN, Sin.- 15 de Julio de 2015.- En los últimos días han surgido opiniones de sociólogos de instituciones superiores del país y hasta de un periódico local de Sinaloa, que consideran la posibilidad de que surjan grupos de autodefensa comunitaria en Sinaloa. Y la verdad mueve a risa y provocan carcajadas hasta de la misma delincuencia organizada, esas expresiones, porque no examinan con sensatez el asunto.

Los sinaloenses son muy diferentes a los michoacanos, empezando por la idiosincrasia de ambas sociedades. Ya lo hemos dicho infinidad de veces, que los defectos de los sinaloenses son broncos, rústicos y malcriados por naturaleza. Y entre sus virtudes destaca la camaradería, la franqueza y solidaridad entre ellos.

Y es precisamente la virtud de la solidaridad la que considero inconveniente para que surjan aquí las autodefensas comunitarias, porque dígame usted si no:

En las zonas rurales, los pobladores no denuncian a los delincuentes, porque éstos les prestan dinero y hasta vehículos para algunas emergencias o necesidades.

Las familias rurales disfrutan de fiestas y comilitonas  acompañados de bandas y grupos musicales quienes, además, obtienen buenas ganancia$$ por amenizar fiestas de los narcos en la sierra.

Y muchas familias de esas comunidades están armadas, pero no crean que para defenderse de los narcos, sino para protegerlos cuando aquellos sean perseguidos por las fuerzas federales.

Y en la ciudad, ni se diga, la solidaridad, por no decir complicidad es más evidente.

Cualquier día de la semana puede comprobarse:

Vaya a una taquería, a una marisquería, un lavado de carros, una estética o tiendas de autoservicio y vea cuando llegan los llamados buchones en sus camionetonas con vidrios oscuros, sin placas de circulación y con el estéreo a todo volumen que hacen retumbar los vidrios de su casa u oficina donde usted se encuentra. 

¿Usted cree que el propietario de esos negocios se atemoriza con la presencia de esos delincuentes? Al contrario, si es a los que mejor atiende, porque sabe que recibirá buena propina y muchas veces en dólares.

Y los fines de semana en los bares, antros o restaurantes, los cuidadores de carros, los meseros y cantineros fascinados con la presencia de los narco júnior porque saben que habrá consumo y propina excelente asegurados.

En los camiones urbanos, la música de narcocorridos es muy común y los choferes, estudiantes y pasajeros van fascinados por ir escuchando las extravagancias y ridiculices melodiosas de los jefes de narco bandas.

Así es que usted cree que con esa idiosincrasia de los sinaloenses ¿se organizarán grupos de autodefensa comunitaria en Sinaloa?

¡Por favor!
Lo hemos dicho el sinaloense es bronco y malcriado por naturaleza y no hay nada que lo haga cambiar.